El comercio ambulante que había sido parcialmente desalojado de la zona de la terminal de autobuses de Toluca reapareció.
De nueva cuenta es posible ver que la acera de un tramo prolongado del Paseo Tollocan se encuentra ocupado por comerciantes. Estratégicamente acompañados de policías municipales de la capital del estado de México que cumplen su labor de floreros. Como diría el presidente López Obrador. Porque están ahí, pero como si no estuvieran.
Alguien llegó a un arreglo con alguien. De otra manera no se explica que por unos días las aceras se mantuvieran libres de ambulantes y ahora, de nueva cuenta, reaparezca la vendimia.
El gobierno de Juan Maccise, que comenzó con acciones decididamente a favor de la ciudad ya se distrajo. O se desinflaron sus objetivos. O los objetivos cambiaron. Pareciera que el canto de las sirenas llegó pronto a los oídos del alcalde y los distrajeron las voces que plantean la posibilidad de que compita por un gobierno de tres años. Aunque Toluca siga con muchos pendientes. Los ambulantes son uno de muchos. Los baches y el mal estado de la calles no han desaparecido. El agua sigue sin llegar desde hace semanas a muchos domicilios. La policía tampoco cumple su cometido.