Paciencia de Job

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Hoy me quiero quejar de los sistemas de atención de las instituciones bancarias.

Especialmente de HSBC. El Honk Kong and Shangai Bank Corporation, que es es el tercer banco más grande del mundo, y cuya filial en México es una de las instituciones bancarias con mayor cantidad de sucursales.

HSBC ha dejado mensajes grabados en uno de mis numeros telefónicos desde hace dos meses y medio. Primero no contesté porque las promociones bancarias me tienen sin cuidado. O como dicen en mi pueblo en buen castizo: me vienen guangas.

Pero tanta insistencia me llevó a llamar al número que los mensajes indicaban. Resultó que era el área de cobranza. Y no es que viva en Jauja, pero procuro pagar mis deudas puntualmente, así que amablemente me indicaron que había una equivocación. “Señor Fulano de Tal, no tiene usted ningún pendiente. No sabemos por qué ha recibido esos mensajes”, me dijo el operador del otro lado del hilo telefónico.

Pero las llamadas continuaron. Ahora busca a una señora, a la que no tengo el gusto de conocer, pero que seguro que le debe una lana al hache ese be ce.

He querido aclarar el asunto, pero no hay modo. Levante una aclaración, me sugieren, pero se va a tardar 10 días… Ya sabes cómo son las áreas de servicio al cliente de los bancos en México, y eso incluye al tercer banco más grande del mundo, cuyo tamaño es inversamente proporcional a su servicio.

También me dijeron que podían hacer algo desde su área de derechos ARCO, esos derechos que tenemos todos de poder controlar nuestros datos personales. Ahí me dijeron que no, que no podían hacer nada. Desde luego, les agradecí el detallazo. Esperaba más, pero no contaba con que soy la parte más delgada de la cadena.

Así que: ¡gracias hache ese be ce! Seguiré contestando sus llamadas y diciendo que no conozco a la zutana esa. Veremos quien se cansa primero. Mi paciencia es más grande que la de Job.

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