¿En el estado de México acaso tenemos policía de tránsito?
¿Qué hace el C5 cuando detecta problemas de vialidad o flagrantes faltas a los reglamentos de tránsito?
Las preguntas me surgen porque hoy vi dos situaciones en donde se antojaba que la Secretaría de Seguridad estatal hiciera algo para servirle a la gente. Para materializar el eslogan de la administración de la gobernadora Delfina Gómez de “el poder de servir”.
Como todos sabemos, C5 es el acrónimo para el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad, que es un centro de monitoreo de varios miles de cámaras de vigilancia distribuidas a lo largo y ancho del estado de México. Hoy estoy seguro que quienes monitorean las videocámaras vieron que había un embotellamiento grave en la zona del crucero de Comonfort y Paseo Tollocan. Y como en sus siglas no aparece la palabra servicio, seguramente contemplaron el movimiento de autos, autobuses, vehículos de carga, motocicletas y parece que hasta el ferrocarril, sin pedir que alguna patrulla o patrullas, con sus respectivos oficiales, acudieran al punto a ayudar a los atribulados conductores. Nadie apareció para hacer realidad “el poder de servir”.
Y antes, sobre carriles centrales de Paseo Tollocan entre Paseo Colón y Alfredo del Mazo pude contemplar el avance de tres tractocamiones en fila en carriles centrales. Pese a la flagrante falta al reglamento, nadie los molestó, nadie los infraccionó, nadie les indicó que por ahí no podrían transitar.
Me pregunto ahora, ¿qué significará para la policía del estado de México eso de el poder de servir?