Los estadunidenses de origen mexicano están saliendo a votar en gran número, y aún cuando en sus vecindarios no se observan largas filas, se registra una constante asistencia. Durante las primeras horas del proceso, que inició a las 6:00 horas, las casillas registraron la mayor cantidad de votantes, muchos de los cuales se dirigían a su trabajo o tenían el temor de que más tarde encontraran filas para sufragar. Aún cuando la boleta de Chicago es la más amplia de estas votaciones, los electores hispanos tomaron un promedio de 10 a 15 minutos para llenarla. «Fue rápido y sencillo, yo me guié por los nombres y marqué aquellos que reconozco, porque pienso que están haciendo algo por la comunidad», dijo María Amor Vargas, quien votó en el distrito 12, en el vecindario La Villita.
Esta mexicana, que es ciudadana estadounidense desde hace 14 años, expresó que para presidente de Estados Unidos votó por el demócrata Barack Obama «porque ha prometido un cambio». La tendencia del voto por la opción presidencial se repetía en otras casillas de vecindarios mexicanos, mientras que el resto de cargos públicos en disputa recibían en su mayoría la aprobación para la reelección. «Es difícil votar por tantos al mismo tiempo. Pero mi interés era apoyar a Obama, porque es tiempo de un verdadero cambio en el gobierno de este país», comentó Leslie Mercado, después de emitir su voto.
La joven ama de casa, quien votó en la casilla 30 del Distrito 25 en Pilsen, indicó que al resto de candidatos que aparecían en la boleta por un cargo público los eligió solo por su pertenencia al partido demócrata. Otros mexicanos, que no pudieron votar por su condición migratoria o porque no han concluido su proceso para adquirir la ciudadanía, declararon su simpatía por los demócratas. Francisco Medrano, residente de la Villita, dijo que su trámite para convertirse en ciudadano se retraso, «y no pude votar, pero lo hubiera hecho por los demócratas, porque es el partido que se identificacon los más pobres».
La comunidad mexicana de Illinois terminó por entregarle su apoyo a Barack Obama, motivada por la promesa de cambio que espera incluya una revisión de las leyes de inmigración estadounidense.
Durante las elecciones primarias de febrero pasado este sector poblacional de Illinois votó por Hillary Clinton, y cuando Obama se convirtió en el candidato demócrata dudó en dirigir su voto hacia él, a pesar del acercamiento que cómo senador federal tuvo con grupos comunitarios.
La duda tenía que ver con el apoyo de Obama a la construcción del muro, su indefinición ante el reclamo de una reforma migratoria, la falta de un acercamiento en campaña, y en menor medida la rivalidad entre hispanos y afroestadunidenses.