Entre el 60 y 70 por ciento de los trabajadores de pequeñas y medianas empresas deberían volver a trabajar de manera presencial en cuanto los semáforos epidemiológicos cambien, en búsqueda de tener mejores condiciones de productividad y motivación para los empleados.
Imelda Meza Parrilla, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación en la entidad (Canacintra), aseguró que para las grandes transnacionales este esquema ha llegado para quedarse, por los ahorros que genera y los niveles de eficiencia que se han conseguido, sin embargo en unidades económicas más pequeñas esta situación no ha podido concretarse.
Indicó que en el caso de la manufactura la mayor parte de las empresas son propietarias de sus naves industriales y el esquema de trabajo en casa no ha significado ahorros significativos para su operación, por lo que hacer aportaciones para el pago de luz e Internet a los colaboradores les ha significado gastos adicionales.
Aún cuando esto ha permitido la continuidad de los procesos productivos y laborales, principalmente en el área administrativa, que es en donde sea enfocado el trabajo en casa, no es una condición que la mayor parte de las empresas puedan mantener a largo plazo.
En el caso de las pymes se estima que ha habido una reducción de hasta el 15 por ciento en la eficiencia de los trabajadores a partir de la implementación de este modelo.
