El Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de México alberga un documento con más de 175 años de antigüedad del Distrito Judicial Toluca, se trata del primer retrato que se incorpora a un peritaje y que corresponde a Bernabé Cipriano, vecino de Xonacatlán, quien fue asesinado para robarle el dinero de su venta de maíz.
Gracias al proceso de conservación que realiza el Archivo Histórico es posible conocer las facciones de Bernabé Cipriano, considerado el primer rostro que se tiene registrado desde 1844 en el gran acervo documental. Este documento donde se emplearon técnicas de dibujo, dio origen a la obtención de evidencias de un delito y a tener registro.
En el expediente, Micaela Graciana (viuda de Bernabé) relata al Juez de Paz que su esposo salió el 29 de enero de San Francisco Xonacatlán en compañía de Pascual y Antonio Ventura, con rumbo a Metepec en el Calvarito, a vender el maíz que cosecharon, cada uno llevaba dos burritos.
De regreso en San Lorenzo tomaron pulque y continuaron paso por el Camino Nacional de San Francisco, y cerca del punto conocido como “Tres Puentes”, Bernabé Cipriano fue sorprendido y golpeado por Pascual Ventura, quién quería quitarle el dinero que traía de la venta del maíz.
Bernabé Cipriano no contaba con arma alguna, solo traía una vara de árbol de manzana, la cual utilizaba para dirigir a sus animales y con ésta fue agredido. Recibió golpes contusos dejando su rostro ensangrentado y sin dientes, además de una costilla rota y así lo encontraron tirado en Camino Nacional.
En el expediente se narra “del Camino Nacional de Xonacatlán, cerca de Tres Puentes, a las ocho de la mañana, se encontró el cadáver de un hombre vestido al modo indígena, sus señas particulares cotón de lana rayado, con manga colorada, calzoncillos blancos de manta” eran los rasgos de Bernabé Cipriano.
Por órdenes del Juez de Paz, Pascual Ventura fue remitido con huellas y el objeto con que le dio muerte a Bernabé Cipriano, como prueba del delito al juzgado donde se le dictó una condena de ocho años de presidio en uno de los establecidos en el camino a Acapulco.
El retrato de Cipriano fue dibujado en tinta ferrogálica con plumilla (de esa época) como si fuese de acuarela, en un sola hoja nos da una proximidad del sujeto, que nos invita a seguir descubriendo el inmenso potencial que existe en los documentos históricos.