El gobierno del estado de México presentó una iniciativa de ley a la Cámara de Diputados para que se prohíban los plásticos de un solo uso en el estado de México con el respaldo de acciones administrativas y económicas. A ello se agrega que nuestra entidad es de las últimas en contar con una normativa de este tipo.
Pero, ¿realmente han funcionado las prohibiciones?, en la Ciudad de México se impusieron más de 70 mil multas a establecimientos por no atender a las indicaciones y en otros estados se registraron impugnaciones a la disposición. Y es que la industria del plástico y los distribuidores se ven afectados junto con los comercios pues tienen que optar por alternativas biodegradables y reutilizables; recurrir por ejemplo, a materiales naturales como el bambú para fabricar utensilios, vasos y popotes, a las hojas de palma para hacer platos y a la madera de coco con el fin de dar forma a los envases.
La transición puede llevar tiempo y dificultades. Pero no debe darse marcha atrás.
Ahora bien, los consumidores por nuestra parte, tenemos que adaptarnos a nuevas prácticas, como cargar nuestras bolsas, recipientes y utensilios reutilizables; planear las fiestas o reuniones con platos, vasos y cubiertos compostables.
La urgencia de legislar obedece genuinamente a factores críticos que estamos enfrentando como contaminación ambiental e impacto en la salud pues los plásticos contienen sustancias químicas tóxicas. El cambio cultural en plásticos de un solo uso es necesario para un presente y futuro saludable.