La política de control de la inflación y contra la carestía anunciada la semana anterior por el presidente Andrés Manuel López Obrador, debe estar aparejada con una política pública de largo alcance y planeación que permita garantizar el abasto para los 60 sectores que están involucrados en la producción de granos a nivel nacional.
Marcela Martínez Pichardo, presidenta de la Cámara Nacional del maíz industrializado (Canami) aseguró que el programa anunciado compromete a las industrias de la cadena de producción a hacer su mejor esfuerzo por no incrementar los precios al público, sin embargo, de acuerdo al tamaño, procesos logísticos, administrativos, desarrollo de infraestructura y maquinaria que en opere cada empresa la condición es distinta, de tal suerte que no se puede hablar de un precio estandarizado.
“Las empresas están haciendo un esfuerzo muy grande, es más que un control de precios, porque no es un control de precios, más bien un análisis para no incrementar precios y entonces se vuelve difícil dar un número o dar un impacto de lo que esto representa en la inflación, porque cada una de las empresas lo hará en lo individual”
Recordó que al momento en la balanza comercial para nuestro país es negativa, ya que el 60% de los granos que se consumen para diferentes sectores son producidos en México y el resto es de importación, por lo que las condiciones globales, del precio de fertilizantes, la situación bélica entre Rusia y Ucrania así como de los combustibles siguen siendo puntos en los cuales a nivel local no se tiene control.
Aunado al decreto que se hizo la semana anterior, el sector espera que durante estos primeros días de la semana se publique en el Diario Oficial de la Federación, dando a conocer los productos y las fracciones arancelarias para tener una visión más amplia en torno a este tema.
“Hoy se mueven temas fundamentales como el abasto de maíz para uso forrajero, el tema de alimentación, el tema farmacéutico, si un medicamento va entableteado es un almidón que se requiere y viene del grano por lo que vuelve fundamental el brindar certeza a todos esos sesenta sectores industriales que se ven en la necesidad de importar maíz y entonces se vuelve una oportunidad el poder desarrollar el sur sureste”
Indicó que la zona sur – sureste del país tiene un amplio potencial por su extensión, clima y abasto de agua, sin embargo, no se tiene la infraestructura, el desarrollo logístico ferroviario y las condiciones para mover la producción a los centros de transformación, por lo cual la propuesta es trazar una hoja de ruta de largo alcance.
Indicó que no se puede tener certeza del tiempo en que estas medidas pueden ser aplicadas, pues son muchos los factores externos que intervienen en la toma de estas decisiones, así como las condiciones individuales de cada una de las industrias que son parte de los procesos productivos.
