El año pasado los jueces ejecutores de sentencia solo otorgaron 987 brazaletes electrónicos porque las dependencias encargadas de adquirir la tecnología carcelaria no tuvieron más dinero.
El Magistrado-presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, Sergio Javier Medina Peñaloza, subrayó que siempre han existido condiciones de igualdad para otorgar este beneficio, cuyo objetivo es que el interno primo delincuente se reinserte a la sociedad.
“El Juez lo que hace es siempre analizar las condiciones de igualdad, cuales son las pruebas que se tienen y en caso de que proceda se concede el brazalete, ya la cuestión operativa, si hay o no hay brazaletes, está fuera del alcance del Poder Judicial”, indicó.
Para que un individuo pueda tener el beneficio de compurgar su última etapa carcelaria en su hogar y que trabaje al mismo tiempo, necesita ser primo delincuente, es decir, que no sea reincidente.
Se suma, que el delito que cometió no haya sido grave, que haya cumplido la mayor parte de su sentencia tras las rejas, haber tenido una excelente conducta en prisión, acreditar un empleo para contribuir con su familia y sujetarse a las normas y medidas que le marque el Juez ejecutor de sentencia.