Han comenzado las posadas, tradición que antecede a la celebración de la Nochebuena y la Navidad. Son nueve, las cuales representan el peregrinaje de María y José antes del nacimiento del Niño Jesús.
Su origen se remonta al siglo XVI y fueron utilizadas como un mecanismo de evangelización después de La Conquista y surgieron en el municipio mexiquense de Acolman. En ese entonces eran llamadas Misas de Aguinaldo y para realizarlas, Fray Diego de Soria pidió la autorización del Papa Sixto V.
Durante las posada tradicionales, eran narrados los pasajes bíblicos, acompañados de letanías y el recorrido que los asistentes realizaban cargando a los Peregrinos. Sin embargo, hoy en día las posadas son distintas. Al respecto, Amparo Rincón, coordinadora de Arte Popular de la Dirección de Promoción e Investigación de la Dirección General de Culturas Populares Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura federal, explicó que el sentido religioso ha quedado de lado, ahora son una oportunidad de celebración y convivencia.
«En la peregrinación o en la salida de los peregrinos se iba contando la historia, se iban haciendo cantos, se iban pues narrando los pasajes de esta parte de la historia bíblica. El resto es historia porque es una traición que llegó para quedarse se sigue desarrollando, no de la misma manera, no del mismo modo pero finalmente es una de las tradiciones que ya se encuentran arraigadas en nuestro país «, señaló
El surgimiento de otras religiones, sobre todo a partir de la década de 1940; la transformación de las viviendas que pasaron de ser horizontales a verticales, lo que restringía la convivencia entre vecinos y la falta de espacios comunes; así como la influencia de los medios masivos que han fomentado la adopción de elementos procedentes de otros países como el pavo para la cena, el árbol de navidad, los regalos y los personajes que se han vuelto emblemáticos en esta temporada, son algunos de los factores que han propiciado cambios en las posadas que ahora son sinónimo de fiesta, siendo la comida, la bebida y la música los protagonistas.
La investigadora subrayó que si bien la celebración Navideña se vive de manera distinta en cada región del país, hay un común denominador que es el ambiente de fiesta, siendo diferente en las comunidades más alejadas en dónde aún suelen mantener la escencia de esta tradición que forma parte de procesos culturales y de identidad.