El fin de semana el gobierno de la república dio por concluida la Jornada Nacional de Sana Distancia que implicó una serie de medidas de higiene y confinamiento para evitar el contagio de COVID-19. Esta jornada se amplió en una ocasión tanto como las acciones restrictivas y ahora, en lugar de extenderla, se da por terminada, pero con recomendaciones de permanecer en confinamiento hasta que cambien de rojo a verde los colores de semáforos diseñados exprofeso.
La pregunta es ¿qué le costaba al gobierno federal seguir como estábamos, en resguardo, al menos hasta que pasara la fase crítica de contagios en que nos encontramos?
Por otra parte, ¿por qué delegar a los estados la responsabilidad del control de la enfermedad y con ello el reinicio de las actividades?
Asimismo, ¿los estados, o gobernadores, tendrán la capacidad de comunicar a sus habitantes las acciones a seguir o si no se incurrirá en confusión?
Pareciera pues que el gobierno de la república quiere dar vuelta a la página. En otras palabras, que el tema económico y político se privilegia a la salud y vidas; no está demás señalar hecho de que el presidente hoy reinicia sus giras para poner en marcha proyectos económicos y políticos como el Tren Maya.
Escucha aquí el comentario de Patricia Maldonado. Dale play: