Cada vez que suena el despertador, se interrumpe tu sueño natural y por lo tanto te deja muy cansado.
Posponer la alarma es aún peor, pues te dejara más cansado todo el día.
Dormirte otros cinco minutos, solo provoca que reinicies tu ciclo de sueño.
El cuerpo se prepara aproximadamente una hora para despertar, lo que nos da energía para empezar el día.
Pero despertar en la etapa del sueño profundo nos provoca estar somnolientos y desorientados.
Hacer esto alenta la toma de desiciones, deteriora la memoria y perjudica el rendimiento.
Tener el hábito de posponer la alarma incluso puede dañar nuestro reloj biológico, según el vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño, Juan José Ortega.
Lo ideal sería dormir más temprano para despertar de manera natural.