
El tema de deportación de indocumentados mexiquenses que radican en los Estados Unidos representa un serio problema para el gobierno del Estado de México ya que del total de inmigrantes a nivel nacional, el 60 por ciento pertenecen a la entidad.
En entrevista con el especialista en migración de la máxima casa de estudios mexiquense, Juan Gabino González Becerril, refirió que el tema representa un gran reto para el gobierno mexiquense en materia de politicas sociales que permita reinsertar a los deportados a los sectores laborales, de salud y educativos, haciendo gran énfasis en este último por los diferentes sistemas educativos de México y Estados Unidos.
Señaló que en el sector laboral es necesaria una estrategia que permita dar empleo sólido a los millones de mexiquenses deportados y no un empleo temporal que impida un verdadero desarrollo económico en su núcleo familiar.
Mientras que en el sector salud, el Gobierno del Estado, deberá crear nuevos planes de trabajo para que sean atendidos y beneficiados en territorio nacional, ya que el programa actual de seguro popular no brinda atención médica especializada ni tampoco cubre gastos para operaciones mayores, siendo que algunos ciudadanos que viven aún en Estados Unidos podrían necesitar este tipo de atención médica urgente.
Cabe señalar que programa «Obama Care» Implementado por el ex presidente Barack Obama será cancelado por Donald Trump en estos días dejando sin ningún tipo de protección a los mexiquenses que vivían en la unión americana.
Otro tema que menciono el investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la universidad es el garantizar una vivienda a los mexiquenses con los servicios básicos que les permita comenzar una nueva vida en el Estado.
Por otra parte el tema de las remesas que son enviadas del extranjero, de igual forma, representarían un agravio para la economía de las familias que viven en el el estado ya que el monto que ingresa a la entidad representa una de las tres divisas a nivel internacional, después del petróleo y el turismo.
En este sentido las remesas aportaban 25 mil millones de dólares al año al país, mismos que representan entre el uno y dos por ciento del producto interno bruto de la entidad, y se proyecta una reducción de entre uno y tres por ciento en caso de aplicarse los impuestos referidos por el presidente de los Estados Unidos, tanto a nivel nacional como al Estado de México.
Este último rubro afectaría considerablemente a las familias que viven en zonas rurales, principalmente ya que el dinero que reciben es utilizado para satisfacer sus necesidades básicas.