Un estudio realizado con ratas demostró que aquellas que fueron separadas en forma periódica de sus progenitoras, desde el nacimiento, en su vida adulta tuvieron mayor inclinación por el consumo de alcohol y conductas agresivas.
Esta investigación realizada por científicos del Instituto de Investigaciones Farmacológicas en Argentina, demostró que la separación maternal produce efectos sobre el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, lo que se deriva en un estrés psicológico.
Lo interesante es que los cambios conductuales la ingesta de alcohol y los niveles hormonales relacionados a la respuesta al estrés fueron revertidos mediante la exposición durante 30 días a un ambiente más confortable, conocido como ambiente enriquecido: jaulas más grandes, con elementos de esparcimiento como plataformas, rueda de ejercicio, juguetes de plástico y madera, sonajeros, sogas, tubos y suficiente comida.
Los científicos aseguran que este tratamiento permitirá profundizar el conocimiento acerca del vínculo madre-hijo entre la adversidad en la vida temprana, el consumo de alcohol y su posible reversión en la transmisión glutamatérgica.
