La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) promueve el Decálogo para la vida digna de las mujeres en el estado de México, donde puntualiza que en todo lugar, sea el hogar, la vía pública, escuela, servicios de salud, espacios públicos y laborales, las mujeres deben ser tratadas con absoluto respeto e igualdad, pues al ofender o maltratar solo a una de ellas, se afecta a todo el tejido social.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, el presidente de la Codhem, Jorge Olvera García, llamó a las autoridades a generar las condiciones para que tengan una vida libre de violencia y señaló que el Decálogo busca ser el marco de actuación para servidores públicos y las personas en general, al considerar que la violencia de género resquebraja a la sociedad y da paso al acoso, los homicidios, desaparición, trata y feminicidios.
En los diez puntos del documento, se precisa que la misoginia nos agravia a todos, y el feminicidio, que es la forma más extrema de la violencia hacia ellas, debe ser prevenido y sancionado con rigor; además, puntualiza que nadie puede coartar el derecho a la libertad y a una vida libre de violencia, y el Estado debe garantizarlo.
Se deben erradicar las conductas y expresiones lesivas contra el sector femenino, en la convivencia social, en lo público y lo privado, así como en los medios de comunicación, además de identificar la violencia y eliminar sus causas; en todos los espacios deben ser tratadas con respeto y promover una igualdad real y efectiva de oportunidades, sueldos, empleos y labores.
El Estado tutela la libertad de expresión y los derechos políticos de las mujeres, los cuales deben ser difundidos, respetados e impulsados por la sociedad; la agenda legislativa local debe tener como eje central el pleno goce de los derechos económicos, políticos, sociales y culturales de ellas.
Como país aliado de las Naciones Unidas en el fomento de la igualdad, México debe atender las recomendaciones de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; las instituciones tienen el deber moral de aceptar y dar cabal cumplimiento a las recomendaciones emitidas por los organismos públicos defensores de derechos humanos.
Por último, precisa que todas las instituciones públicas municipales les deben proporcionar la atención y servicios públicos, además, la infancia, adolescencia, juventud y senectud de las mujeres deben ser protegidas y cuidadas al extremo por los programas de gobierno, basados en la perspectiva de género y apegados a la visión de derechos humanos.