Estados Unidos se prepara a reactivar en diciembre próximo la aplicación de la pena de muerte contra militares, luego de 47 años sin ejecuciones en el ámbito castrense.
El Ejército de Estados Unidos informó que el soldado de origen afroamericano Ronald Gray fue programado para ser ejecutado mediante inyección letal el próximo 10 de diciembre, en el Complejo Correccional Federal en Terre Haute, Indiana. Gray fue sentenciado a muerte por una Corte Marcial en 1988, que lo encontró culpable de dos homicidios, una violación y otros crímenes cometidos en el Fuerte Bragg, en el área de Fayetteville, Carolina del Norte, entre abril de 1986 y enero de 1987.
Una de sus víctimas era una mujer soldado y la otra un hombre civil. Gray también fue declarado culpable de la violación e intento de homicidio de otro soldado.
En julio pasado, el presidente George W. Bush aprobó la solicitud del Ejército para llevar a cabo la ejecución.
Gray ha permanecido preso desde 1988 en el pabellón de la muerte militar, ubicado en la Penitenciaría del Fuerte Leavenworth en Kansas, donde se encuentran también otros ocho soldados sentenciados al castigo capital. La última ejecución militar realizada en Estados Unidos se registró en 1961, cuando el soldado John A. Bennett fue ahorcado al ser declarado culpable de violación e intento de homicidio de una niña austriaca de 11 años de edad.
Las fuerzas armadas estadounidenses no habían promovido las ejecuciones de prisioneros militares desde que el presidente John F. Kennedy conmutó una sentencia a muerte en 1962. Entre 1916 y 1961 se cumplieron 135 ejecuciones militares en este país, todas ellas mediante la horca, en el Fuerte Leavenworth, en Kansas, donde se encuentra el pabellón de la muerte militar.