En promedio, siete de cada 10 adolescentes mexicanos usan aparatos de ortodoncia correctiva, como los brackets, ya que presentan anomalías dentomaxilares, como deformación de los dientes, la cual también es tendencia en todo el mundo, aseveró el coordinador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Odontología (CIEAO) de la Universidad Autónoma del Estado de México, Rogelio Scougall Vilchis.
El experto de la UAEM detalló que en las tres recientes décadas creció la necesidad de usar aparatos de corrección dental, fenómeno que responde principalmente a un factor de evolución, ya que hace cientos de años, los dientes conservan el mismo tamaño; sin embargo, los maxilares adquirieron una mayor fineza y redujeron su tamaño, provocando discrepancias.
El también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) abundó que la dieta contemporánea es otro factor decisivo, pues es más común el consumo de alimentos blandos y procesados, por lo que forzamos en menor medida el sistema de masticación.
Manifestó que investigadores del CIEAO de la Autónoma mexiquense desarrollan investigaciones de carácter vanguardista e innovador relacionadas con la búsqueda de adhesivos y resinas que cementen, bajo procedimientos indirectos, el bracket a la boca del paciente.
Los brackets, dijo, funcionan mediante un sistema de arcos que al posicionarlos hacia los lugares ideales del órgano dentario contribuyen a corregir y brindar mayor armonía entre la mandíbula y el maxilar.
Rogelio Scougall Vilchis expresó que la Asociación Americana de Ortodoncia recomienda que la primera inspección dental antes de aplicar un tratamiento de ortodoncia correctivo, es a la edad de siete años, pues ya se tienen los cuatro dientes incisivos superiores e inferiores, así como los molares permanentes.
Concluyó que existe la creencia de que los tratamientos de ortodoncia únicamente son aplicados para adquirir una mejor apariencia de los dientes; no obstante, estas intervenciones contribuyen en aspectos funcionales tan importantes como una correcta masticación, por lo que las inspecciones en la infancia son fundamentales para evitar que se intensifiquen los problemas en la edad adulta.
