La psoriasis es una enfermedad que acelera el ciclo de crecimiento de las células de la piel, ocasionando áreas gruesas y escamosas, principalmente en codos, rodillas, ingles y la parte baja de la espalda. Lo mismo sucede en la piel cabelluda y se manifiesta como caspa abundante, misma que no responde a tratamientos convencionales y requiere atención especial.
Pese a que no se tienen datos precisos, se sabe que un alto porcentaje de pacientes con psoriasis tienen diabetes y/o síndrome metabólico, afectados que deben dirigir tratamiento médico a cada uno de los problemas.
De ahí la importancia de ser bien diagnosticado y llevar el mejor tratamiento en ambos casos, detalla la especialista en dermatología y profesora de posgrado la Universidad Nacional Autónoma de México, Lorena Estrada Aguilar.
La psoriasis se presenta generalmente entre los 25 y 30 años de edad, no en todos los casos es heredada, pero si se reconocen factores que la detonan, como infecciones en el organismo que producen inflamación de la piel, así como asolearse en exceso o la ingestión de algunos medicamentos, por ejemplo, ciertos fármacos para tratar hipertensión. De igual manera se agravará el problema por obesidad, consumo de alcohol y/o tabaco, el estrés emocional o por vivir en sitios con clima frío y con poco sol.
Es común que el padecimiento se llegue a confundir con infecciones por hongos o dermatitis, por lo cual suele tardar años en atenderse. De manera que cuando el paciente no recibe tratamiento médico puede sufrir comorbilidades, principalmente en articulaciones, como deformidades similares a las de origen reumatoide.
La doctora Estrada Aguilar indica que además del aspecto físico, la psoriasis también tiene un impacto significativo en el estado emocional de los pacientes. “De quienes padecen la enfermedad, 94 por ciento se refiere a ella como un problema en su vida diaria, que lo mismo afecta su imagen personal que su economía. La ansiedad y depresión que llegan a experimentar limita sus actividades sociales; además, afecta sus relaciones interpersonales, incluso las de tipo íntimo, donde mujeres y jóvenes son los más afectados”.
La doctora Estrada Aguilar puntualiza que la psoriasis se trata de acuerdo a su gravedad; si el diagnóstico determina que se trata de un padecimiento “leve” se prescribirán productos locales con esteroides o análogos de la vitamina D; de ser moderada se sugiere fototerapia en cabinas con radiación ultravioleta, además de fármacos; cuando el problema se cataloga como severo se indican medicamentos orales, intravenosos y/o subcutáneos.
La especialista señala que existe un nuevo grupo de medicamentos, los biológicos, sustancias que se fabrican de manera diferente a los convencionales, que no producen toxicidad a otros niveles y actúan sobre las sustancias que genera el organismo y producen inflamación; su administración puede ser vía intravenosa o subcutánea. “Estos medicamento brindan muy buen control, y pueden mejorar al paciente en 75 a 90 por ciento”, puntualiza.
Añade que no se contraponen con los tratamientos para la diabetes, y que lo indicado es que se deben llevar al mismo tiempo para tener mejor control de ambos problemas.
Se calcula que a nivel mundial esta enfermedad afecta a casi tres por ciento de la población, es decir, más de 125 millones de personas, y en México, más de dos millones de personas padecen psoriasis, de las cuales, menos de 40 por ciento recibe el tratamiento adecuado, de acuerdo a la Secretaría de Salud.