El consumo de una única lata de 330 mililitros de refresco que contenga azúcar y cafeína es capaz de producir cambios en los ácidos biliares, que son los relacionados con la obesidad y la diabetes, así lo advierte una investigación de la Universidad de Huelva en España.
Los resultados revelan que la cafeína contenida en estos refrescos produce un incremento de insulina tras su ingesta debido a un efecto combinado con el azúcar, ocasionando daños degenerativos en las membranas lipídicas.
Esta degradación, dijeron los expertos, se produce como respuesta al estrés oxidativo, es decir, cuando existe un desequilibrio celular entre la cantidad de sustancias oxidantes producidas al tomar bebidas azucaradas y la cantidad y actividad de los antioxidantes presentes en el organismo.
Este descubrimiento podría ayudar al desarrollo de fármacos para el tratamiento de trastornos metabólicos como la obesidad o la diabetes.
