La oferta de la televisión vía satélite es tan amplia que uno se puede encontrar algunas joyas de vez en cuando.
O te encuentras con personajes de los que no habías visto o escuchado nada en un cuarto de siglo.
Por ejemplo, Juliancito Bravo.
A estas alturas nadie debe acordarse de este actor infantil y juvenil que protagonizó algunas de las películas mexicanas de las que más me acuerdo. En una, por ejemplo, Juliancito —que además creo que interpretaba a Juliancito— quiere hacer su primera comunión, pero su familia no tiene la marmaja suficiente para comprarle el trajecito blanco que, como todos sabemos —católicos o no— es indispensable para cumplir con sacramento en cuestión… Un drama completo. En alguna otra Juliancito interpreta las aventuras de Juliancito y en alguna más aparece con Capulina.
Todas son películas sesenteras y setenteras que daban en la televisión semana con semana. No como ahora, que puedes elegir entre seis docenas de canales o buscar algún programa, película, serie o documental de tu elección en los distintos servicios en internet. En el pasado no tan lejano había que ver a Juliancito Bravo.
Ignoro que habrá sido del actor. Y no me interesa en realidad. Con el paso de al menos 50 años de sus películas —ya se debería esta celebrando el medio centenario de la memorable primera comunión— supongo que habrá envejecido placidamente y preguntándose por qué no cobró regalías de las abundantes reproducciones televisivas.
Que es es exactamente lo que me pregunté yo: ¿vivirá Juliancito Bravo de las regalías?