Las familias productoras de maíz en el estado de México y en todo el país enfrentan una serie de desafíos que amenazan la preservación de las variedades nativas de este cultivo esencial.
El cambio climático, la degradación del suelo agrícola, la falta de políticas integrales de desarrollo rural y la concentración en la producción de maíces híbridos, mejorados comercialmente y granos transgénicos son algunos de los factores que ponen en riesgo las variantes de maíz nativas.
Gabriela Berenice Vilchis Granados, maestra en agroindustria rural por el Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), destaca que factores como la monopolización de la obtención de semillas están afectando la diversidad genética de las semillas y las plantas cultivadas de maíz. La prevalencia del uso de semillas híbridas no necesariamente mejora el rendimiento de la producción, a pesar de adaptarse mejor a las condiciones ambientales.
El uso de cultivares criollos o nativos, aunque importantes para la diversidad genética, representan un desafío económico para los productores, ya que no se consideran dentro de las normas de comercialización y no reciben precios de garantía.
La comunidad de San Pedro del Rosal en Atlacomulco, estado de México se encuentra en el décimo cuarto lugar en superficie sembrada de maíz en grano a nivel estatal, y el estado ocupa el sexto lugar a nivel nacional en superficie sembrada y el tercer lugar en producción de grano. Estas cifras resaltan la importancia cultural, gastronómica y económica del cultivo en la entidad.