Una de las realidades que tienen lugar en nuestros días son los problemas con la salud mental, a causa del confinamiento al que hemos estado sometidos y del que está por cumplirse un año. Esto es, el desempleo temporal, la enseñanza en casa, el teletrabajo y la falta de contacto físico con familiares, amigos y colegas ha afectado en muchos casos nuestro bienestar emocional, psicológico y social: la forma en que pensamos, sentimos y actuamos respecto a la vida. Ya de por sí el 2020 se había avizorado como complicado en términos de salud mental global y ahora sucede lo del resguardo domiciliario.
Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud refiere una serie de consejos y recomendaciones para sentirse bien: mantenerse informado de lo que ocurre en el entorno, a través de espacios noticiosos confiables; seguir una rutina diaria que incluya el aseo, comidas saludables en horarios fijos, actividad física y horarios de trabajo y descanso. Asimismo, entablar contacto con familiares o amigos a través de internet o el teléfono y evitar especialmente el consumo de alcohol y drogas.
La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez y la vejez. Como dice la frase la vida es 10% lo que experimentas y 90% cómo respondes a ello.
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