San Felipe del Progreso, un tesoro en el corazón del Estado de México, celebra con orgullo su segundo aniversario como Pueblo con Encanto. Este rincón de riqueza natural, histórica y cultural es el epicentro de la tradición mazahua, uno de los pilares culturales del estado.
Ubicado al noroeste del estado, a escasos 140 kilómetros de la Ciudad de México y 77 kilómetros de Toluca, la capital mexiquense, San Felipe del Progreso ha sido testigo de momentos cruciales en la historia de México, desde la Independencia hasta la Revolución. Además, es reconocido como uno de los berretines de la cultura mazahua, una de las cinco culturas originarias del Estado de México.
Enmarcado por extensos bosques, este destino ofrece una conexión íntima con la naturaleza y aventuras emocionantes, especialmente en la impresionante Presa Tepetitlán, fuente vital para once comunidades del municipio.
La experiencia culinaria es un festín para los sentidos, con los inigualables charales preparados con el toque mazahua. En el ámbito religioso, la iglesia de San Felipe y Santiago, una joya arquitectónica de 1710, exhibe pinturas al óleo y esculturas virreinales que narran una historia rica en fe y tradición.
La Galería a Cielo Abierto en Estutempan es otro tesoro artístico, donde las fachadas de las casas se convierten en lienzos para coloridas obras de arte.
El arte mazahua se manifiesta en bordados, cobijas y prendas de lana, con intrincados diseños de grecas, plantas y animales. La platería es otra gema de la artesanía local, con trabajos de filigrana y piezas únicas que se exportan a nivel internacional.
La gastronomía de San Felipe del Progreso deleita con su barbacoa de borrego, mole, charales y bebidas tradicionales como el sendechó, la sambumbia y el pulque.
Un sitio emblemático es el Centro Ceremonial Mazahua en Santa Ana Nichi, un espacio donde la naturaleza se funde con el misticismo mazahua. Con un museo-biblioteca, taller de artesanías y un área con especies animales, es un rincón que invita a conectar con la esencia misma de esta cultura ancestral.
San Felipe del Progreso es mucho más que un destino turístico, es una experiencia única que celebra la riqueza y tradición mazahua, y su designación como Pueblo con Encanto es un merecido reconocimiento a su legado cultural y su belleza natural.