Se va de la Cancillería alemana Ángela Merkel, una mujer que hizo historia en su país en los diversos puestos políticos que ocupó y porque traspasó las fronteras con acertadas decisiones a favor de la economía de su nación (las cifras superávit comercial lo delatan junto con la reducción de la deuda pública, el repunte de empleo y el crecimiento sostenido), el apoyo a refugiados, y al medio y en por sus aportaciones y liderazgo ante a Unión Europea. Lo más interesante es que deja el cargo con una aprobación de 75 por ciento de parte de los alemanes quienes además querían se reeligiera pero ella dijo que no.
Otro hecho es que la despidieron con seis minutos de aplausos.
Ángela Merkel pasará también a la historia por su su forma de dirigirse a los políticos y a la gente. Por su vestimenta sencilla y su tener empatía con las realidades comunes como ir al mercado tal cual la mayoría lo hace o no tener empleada doméstica.
Su actuar especialmente durante la pandemia mundial del coronavirus la encumbrará para efectos posteriores.
Podemos despedir por tanto a la que fuera repetidas veces la mujer más influyente del mundo con algunas de sus frases: “repartición justa de las vacunas de COVID en el mundo”.
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