El adelanto de que la próxima semana podría declararse que hay semáforo verde en el estado de México viene a causar ánimo hacia los jóvenes pues según lo establecido es el color para que puedan volver a clases. Y es que ya ha pasado más de un año y medio sin que vean a sus compañeros y maestros o están aquellos estudiantes que ni siquiera conocen en persona a sus profesores y lo mismo que las instalaciones de las escuelas.
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Pongámonos en los zapatos de los jóvenes: se hallan en un periodo de mucha energía para llevar a cabo cualquier actividad y tienen la mente abierta. La pandemia los ha venido a confinar. Les alteró sus rutinas y hábitos -entre estos problemas de sueño y alimentación-; les trajo ansiedad y estrés y, de otra parte, apatía, cansancio, aburrimiento y agotamiento emocional.
Volver a las escuelas significa retomar rumbo en la vida y fijación de metas. Recuperar el entusiasmo para que el mundo lo tengan a sus pies. Los jóvenes son la audacia y alegría. Ya hace falta verlos en las escuelas. Esperemos pues a que el anuncio del semáforo verde venga acompañado del total regreso a clases.
