No sé quiénes serán los especialistas en vialidad que recomendaron construir un retorno en los carriles centrales del Paseo Tollocan, ahí donde en este momento se instalan vallas que van a ocultar las obras. Lo que sí sé es que hace dos décadas, durante la administración de César Camacho Quiroz se cerraron los retornos de Paseo Tollocan por peligrosos y para hacer que esta avenida fuera verdaderamente una vía rápida.
En los 12 kilómetros de Paseo Tollocan no hay ningún retorno sobre los carriles centrales. Si alguien quiere dar vuelta, debe transitar por los carriles laterales y buscar el bajo puente más cercano.
Es un tema de sentido común. Que es el menos común de los sentidos.
Supongo que la obra estará a cargo del gobierno del estado de México, puesto que se trata de una vialidad de interés estatal.
Espero que si se va a construir ese retorno, se descarte un retorno a nivel. Y que la monumental idea se concreta, signifique que el retorno será un paso a desnivel.
Porque además de la tala de árboles, que parece ser la constante en esta contaminada ciudad de Toluca —la segunda más contaminada del país, a veces la primera—, hay un tema de seguridad vial en una zona donde los autos viajan a velocidades mayores a los 60 kilómetros por hora y donde un retorno a nivel podría significar riesgo de accidentes, rezago en la circulación por los automotores formados para dar vuelta y por los que se incorporan a la vialidad después de dar la vuelta.
En vías como Paseo Tollocan un retorno a nivel es un riesgo mortal. Una adecuación vial tercermundista para una vía de alta velocidad, aunque reconozco que es baratita.