El campo mexiquense ha ido en un proceso de mecanización, luego de que por décadas se sembró por costumbre y tradición. Ahora, desde hace una década aproximadamente, la tierra ha ido evolucionando en el tema de la alta productividad, en la semilla mejorada y uso de maquinaria agrícola.
Ezequiel Contreras Contreras, ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina en el estado de México, recordó que, cuando inició el Tratado del Libre Comercio (TLC), con Estados Unidos y Canadá, “el campo mexicano no podía competir.
“Nos agarraron desprevenidos, luego empezamos a crecer y en los últimos años, el campo es el que le ha dado el movimiento económico al país, han surgido los productores, se están empezando a capacitar en semillas mejoradas, en tecnificación de invernaderos y uso de maquinaria moderna, ahora que se acabó el petróleo, el único camino que tenemos es la producción de alimentos, tenemos una diversidad de climas, hay mucha agua que tenemos que saberla captar y cuidarla para que tengamos una agricultura con mejores rendimientos, más productiva y mejores destinos”, destacó el productor.
Y si bien el maíz sigue siendo la principal producción del campo mexiquense, la flor, el aguacate y los invernaderos, son un amplio detonante para la economía de los agricultores y de este estado.
“El precio del aguacate en el mercado internacional es muy atractivo y en el estado de México, por sus climas templados tenemos las condiciones, en las regiones de Tejupilco, Coatepec Harinas, Temascaltepec, Valle de Bravo, parte de San José Villa de Allende, Donato Guerra, Villa Victoria y Malinalco, colindando con Morelos, esta actividad nos está poniendo una alternativa después de la flor, como una de las mejores en cuestión de rendimientos y estabilidad económica para un productor”, agregó Contreras Contreras.
Con relación a los invernaderos, éstos producen gran cantidad de jitomate, fresa, chile manzano y frutos rojos, sumándose una gran variedad de hortalizas que mejoran las condiciones de vida del campo.
El estado de México cuenta con 350 mil hectáreas de cultivo, de las que 250 mil productores viven de la producción de maíz y unos 40 mil de la producción de flor.
Mientras que la superficie ocupada para el aguacate asciende a 10 mil 900 hectáreas en promedio y 10 mil hectáreas para la siembra de hortalizas como lechuga, tomate, jitomate, col, coliflor y zanahoria, entre otra amplia gama de alimentos.
