Simboliza edificio Antonio Abraham “La Violeta” el arribo de la modernidad a Toluca

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Durante muchos años el edificio Antonio Abraham fue considerado el rascacielos de la ciudad de Toluca, así como un emblema para la capital y, por décadas, referente comercial al ser “La Violeta” la mercería más grande que durante 89 años brindó servicio a costureras, amas de casa, sastres e incluso tocineros. Es un inmueble que simboliza la llegada de la modernidad al municipio.

Algunos historiadores coinciden que el movimiento Art Déco entró por la carretera México-Toluca, pues el Monumento a la Bandera, diseñado en ese estilo, da la bienvenida a la ciudad, y que salió por donde se encontraba hasta hace unos años el Monumento a los Niños Héroes, conocido popularmente como “cama de piedra”, que también tenía influencias de ese estilo arquitectónico que dejó cerca de 300 obras como el Cine Coliseo, la fachada de la Biblioteca Infantil del Parque Cuauhtémoc-Alameda y, por supuesto, el edificio Antonio Abraham “La Violeta”.

El introductor de la arquitectura Déco a Toluca fue el ingeniero Harmodio del Valle Arizpe, y con él la llegada del concreto reforzado, material que utilizó en la construcción del edificio, además de viguetas de acero que sirvieron de trabes y castillos, que con el paso de los años han demostrado resistencia superior a la de otras edificaciones.

Tiene una altura de 28 metros, consta de siete niveles con una torreta de dos pisos, su diseñador fue Antonio Abraham junior, quien cursó estudios de ingeniería en Chicago y aplicó en él el estilo Art Déco, de ahí que se le considere como una joya arquitectónica.

En su fachada se observan dos columnas que van de la base hasta la parte más alta del edificio, las cuales simbolizan a los dos hijos de don Antonio, mientras que las cuatro ventanas que destacan por sus grandes dimensiones representan a sus cuatro hijas. Su construcción inició en 1939 y concluyó en 1943.

En la planta baja del edificio quedó instalada la mercería “La Violeta” en los siguientes pisos existen un total de 36 habitaciones, repartidas en seis departamentos.

“La Violeta” es de las primeras mercerías que se establecieron en Toluca, por lo que las señoras costureras o amas de casa acudían a ese comercio para comprar hilos para bordar, agujas para tejer, ganchos, cintas, crochet, espiguilla, moare, aros para bordar; por su parte, los sastres adquirían hilos para coser, moldes para corte y confección, botones; los encuadernadores pedían la tela bramante, hilo de cáñamo francés, incluso los tocineros compraban un hilo especial parecido al cáñamo para amarrar los chorizos y embutidos.

El establecimiento fue tan exitoso que se usó como referencia para las rutas del transporte público, pues se mencionaban la Colón-La Violeta y Cama de Piedra-La Violeta. El edificio marca un momento relevante en la historia de la arquitectura y la vida cotidiana toluqueña.

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