En México, se estima que más de 1.6 millones de menores padecen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Aunque se trata de un padecimiento que se diagnostica principalmente en la infancia, puede prolongarse hasta la edad adulta sin haber sido identificado. De acuerdo con un estudio de la Clínica Mayo, a nivel nacional se estima que el 4.4 % de la población adulta vive con este trastorno.

Personas diagnosticadas con TDAH han manifestado dificultades para organizar su rutina diaria, mantener la concentración, concluir tareas e incluso respetar horarios de comida. Por ello, esta condición también ha sido relacionada con problemas de obesidad.
Aunque sus causas pueden ser multifactoriales, uno de los factores identificados es el componente genético y prenatal. Investigaciones han demostrado que la obesidad materna durante el embarazo incrementa el riesgo de que los hijos desarrollen síntomas de TDAH.
El tratamiento para el TDAH incluye terapia psicológica, ejercicios conductuales, farmacoterapia y controles nutricionales que ayuden a establecer una vida más ordenada y facilitar el desarrollo en mejores condiciones.
Ni el TDAH ni la obesidad son fallas de voluntad. Son condiciones médicas complejas, con bases biológicas, genéticas y ambientales, que requieren diagnóstico oportuno y atención integral.