La nomofobia, no es el miedo a quedarse sin teléfono celular, ya sea porque se olvido en casa o porque se perdió, o bien, porque al smartphone se le está acabado la batería, sino que la nomofobia, es el miedo a quedarse sin datos, los cuales se consumieron dentro del plan telefónico contratado o en la tarjeta de prepago conseguida.

Esto deriva en ansiedad, que es un trastorno mental, el cual genera estrés innecesario, hipertensión y en casos extremos depresión en el individuo que llega hasta padecer dolor de cabeza ante la imposibilidad momentánea de conseguir datos para su teléfono y así seguir conectado al mundo del internet, explicó el especialista de la salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Guillermo Espinosa Fuentes.
La nomofobia, agregó, a raíz de que el teléfono móvil se quedó sin datos para consultar internet, genera mucha presión (en la persona), “hay mucho estrés por abarcar las redes sociales o el internet mismo y esto produce cefalea occipital o cefalea tensional, estos son los factores que aparecen más frecuentemente”, indicó.
Destacó el especialista del IMSS, que, quien padece de nomofobia, suele sentir soledad constante, luego de que su aparato se quedó sin datos y en contraste y con factores negativos, también para el portador de un celular, es que al mantener señal de internet de forma ininterrumpida, pierde la convivencia familiar, de pareja o con sus padres, lo que deteriora sus relaciones intrafamiliares y sociales.
Para contrarrestar la nomofobia y los males que se derivan de ésta, es darle un uso racional a los datos del aparato telefónico y sobre todo, que los padres de familia, procuren que sus hijos en la escuela, no tengan tan fácil acceso a este tipo de aparatos tecnológicos, pues actualmente, se llegan a ver a bebés que se ponen a jugar con las tabletas electrónicas o con los teléfonos celulares.
“Los padres les dan a los niños este tipo de aparatos a temprana edad y esto puede condicionar a los niños que cuando se desarrollen, dependan mucho de este tipo de medios. Y si bien no se considera una situación grave (la nomofobia), sí deberíamos tener una llamada de atención muy fuerte, en todos los niveles para tratar de que hagamos un uso racional de estos importantes medios, que son muy útiles, pero que nos han hecho a tener una gran dependencia”, abundó el investigador.
En anteriores años, antes de que salieran a la venta los teléfonos celulares inteligentes o las tabletas electrónicas y se usaban los teléfonos de disco en los domicilios, la gente vivía de forma más tranquila, “andábamos bien en todos lados sin estos medios de comunicación, nos sentíamos tranquilos sin ninguna presión extra y ahora, salir de la casa sin un celular, nos genera una tensión importante”, ahondó Espinosa Fuentes.
Entre las recomendaciones del experto para evitar o contrarrestar la nomofobia, es mantener una alimentación sana, hacer ejercicio, crearse el hábito de la lectura de libros convencionales y depender lo menos posible de los smartphones o tabletas electrónicas.