Andrés Manuel López Obrador decidió cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en terrenos del extinto lago de Texcoco. Y optar por edificar un par de pistas en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, en el municipio de Tecámac, así como reacondicionar los aeropuertos de la Ciudad de México y Toluca.
La decisión le duele a los grandes capitales. Los que ya construían en Texcoco y que seguramente terminarán participando en las obras que el presidente electo tiene en mente para Santa Lucía, Toluca y la capital del país.
Sensato, el gobernador Alfredo del Mazo Maza ha comprendido que es el tiempo de Lopez Obrador. Que es tiempo de pensar en Toluca y Tecámac. Ha dicho ya que respeta la decisión del nuevo gobierno… Se trata de una postura política pensando en el futuro y en la inutilidad de presentar un frente de batalla al personaje público mejor posicionado en la actualidad.
El estado de México no pierde. Por el contrario, tiene ante sí la enorme oportunidad de desarrollar dos polos y constituirlos en plataforma de progreso. Toluca está en posibilidad de darle servicio a 25 millones de pasajeros, con toda la oportunidad de negocios y la demanda de servicios y empleos que esto implica. Eso no lo ha perdido de vista Del Mazo Maza.
Texcoco no es su batalla.
