A partir del mes de enero Toluca tiene 3 obispos.
La decisión de El Vaticano de nombrar en el último tramo del 2017 a Maximo Martínez como obispo auxiliar, así como la renuncia de Felipe Arizmendi a la Diócesis de San Crisóbal de las Casa y residir en Toluca, tuvo como resultado que la Diócesis de Toluca tenga tres obispos para servicio de su feligresía.
La cabeza de la Diócesis de mantiene en Francisco Javier Chavolla Ramos, cuarto obispo de la diócesis toluqueña desde 2003, aunque en vías de alcanzar la edad máxima de 75 años para hacerse cargo del obispado.
El propio Chavolla Ramos fue quien solicitó el nombramiento de un auxiliar, cuyo nombramiento recayó a finales del año pasado en Maximino Martínez Miranda, quien estaba a cargo de la Diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, que comprende varios municipios de la región sur del estado.
Con su incorporación, el 6 de diciembre a sus tareas pastorales, Maximino Martínez —quien nació en el municipio mexiquense de Soyaniquilpan— asiste a Chavolla Ramos en el gobierno de la diócesis, en calidad de Vicario General o Episcopal.
Pero además, a la vida religiosa de Toluca se incorpora la presencia del mexiquense Felipe Arizmendi Esquivel, miembro fundador del Seminario Diocesano de Toluca. A partir del 4 de enero, Arizmendi llegará a Toluca en calidad de obispo emérito, “con el deseo a intención de dedicarse exclusivamente a la dirección espiritual y ofrecer el sacramento de la reconciliación a quienes se lo soliciten”, según difundió en una Carta Pastoral el obispo Chavolla.
La Diócesis de Toluca dio a conocer, en su revista oficial, Génesis, que con la presencia de tres obispos se revitalizarán las comunidades parroquiales.
