Tradiciones están en la base de la identidad colectiva; cambian y se adaptan a la realidad social

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La identidad de los pueblos y las comunidades se forja de manera dinámica con las tradiciones que se manifiestan en danzas, relatos, música y otras expresiones, en las cuales se modifican y adaptan expresiones que vienen desde tiempos prehispánicos y el inicio del periodo novohispano.

Se llevó a cabo el coloquio «Los pueblos originarios y las estrategias de reproducción cultural: memoria, tradiciones, costumbres, rituales», organizado por la UAEMéx, El Colegio de Jalisco, la Universidad Intercontinental y El Colegio Mexiquense (Foto: Especial).

A partir de ejemplos muy antiguos, como la transformación cultural de los nahuas en el siglo XVI, y actuales, como danzas, música y textos en los que se mantienen tradiciones, cultura y memoria, se llevó a cabo el coloquio «Los pueblos originarios y las estrategias de reproducción cultural», en el cual destacó la conferencia magistral por parte del historiador Pablo Escalante Gonzalbo (UNAM).

En la ponencia «La cuestión de la identidad nahua en el proceso de cambio cultural del siglo XVI. Religiosidad, lenguaje y orden público», el reconocido investigador analizó la forma en que se modificaron las instituciones indígenas y surgieron las virreinales, a partir de la relación de frailes y nahuas, que no se dio con otros pueblos, como los otomíes, por ejemplo. 

Hizo un repaso detenido de las imágenes de la vida litúrgica, el discurso de evangelización y su traducción en lengua nahua por tres grandes maestros nahuatlatos del Colegio la Santa Cruz de Tlatelolco, rechazó por simplista la idea de que las religiones se sustituyen, y se detuvo en el papel que jugó fray Pedro de Gante al incorporar elementos indígenas en la liturgia, con la oposición de fray Juan de Zumárraga, que mantenía una posición conservadora.

Escalante Gonzalbo hizo una exposición erudita, pero muy accesible, de una parte del siglo XVI, cuando cambiaron las ceremonias indígenas de la religión estatal, se rompió el calendario religioso indígena y los gobernantes perdieron el control de la vida pública.

Las autoridades del rango inmediato inferior a los tlatoani, establecidas en los calpulli, persistieron y dieron continuidad a la organización indígena, sobre la base de una religión profunda ligada a los bosques, las aguas, la agricultura y la salud, explicó.

Presentó la idea central de que los evangelizadores, en especial los franciscanos, apreciaron la religiosidad indígena y su intensidad, expresada en la manera en que los pueblos se volcaban a las fiestas aportando riqueza y adornando espacios públicos, y rechazó que se plantearon la eliminación social, aunque rechazaron a los dioses indígenas.

El historiador describió el papel fundamental que jugó fray Pedro de Gante como responsable del rumbo que tomó la evangelización en Nueva España en el espacio de la capilla de San José de los naturales, en la Ciudad de México.

Explicó que el fraile propició una liturgia cantada y bailada alrededor de lo que se adoraba y explicó los rituales que necesitaban de un gran árbol y derivaron en la elaboración de cruces, entre otros aspectos que fueron presentados con la idea de la política de sincretismo mayoritaria entre los frailes, que cubrió buena parte del siglo XVI.

En el resto de la jornada se presentaron los trabajos de David Figueroa Serrano, «Narrativas de lo humano y lo identitario en la tradición oral de los pueblos indígenas», como una propuesta de ver de otra manera la historicidad, y Ricardo Alfredo Romero Aguirre, «Cosmovisión: un conocimiento para la vida».

María Guadalupe Felipe Velázquez, coordinadora de Pueblos Originarios, habló de las diferencias entre grupo étnico y pueblo indígena, y Daniel Jhovani Arzate Díaz presentó «La memoria de la voz. Acercamiento a la dimensión musical de la tradición oral».

Maricela Dorantes Soria expuso «Memoria e identidad en el patrimonio documental de tradición indígena», en la que habló de los 14 registros internacionales que México tiene en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO, y expuso en detalle la importancia de resguardar dos manuscritos de lenguas indígenas extintas, uno de la Alta California, Arte de la lengua teguima y vocabulario de la lengua ore, de 1685, y otro de Sonora, un confesionario en barbeña.

Gerardo González Reyes y Magdalena Pacheco Régules, en «¿Cómo se construye la identidad de los pueblos originarios? Un estudio de caso sobre tradiciones contemporáneas y memorias colectivas», hablaron de la adaptación que tuvo en los sesenta la Danza de los Tecuanes, originaria del norte de Guerrero, en la Danza de los Lobitos, en San Miguel Almaya y otras partes del sureste del Estado de México.

El presidente de El Colegio Mexiquense, Raymundo César Martínez García, participó en el inicio y el final del coloquio, y exaltó el esfuerzo de los participantes y de las instituciones organizadoras, en tanto que Gerardo López Vela, de la Universidad Intercontinental, dijo que los pueblos indígenas han estado milenariamente, pero han sido invisibles la mayor parte del tiempo.

Ixchel Ruiz Anguiano habló en nombre del presidente de El Colegio de Jalisco y por la Cooperativa Flor Bonita, Graciela Sebastián Morales, de San Cristóbal Huichochitlán, comunidad otomí de Toluca, interpretó canciones populares traducidas a esa lengua.

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