Triunfal corrida: Hermoso de Mendoza, Adame y Silveti cortan orejas en Toluca

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La afición taurina de Toluca y sus alrededores desbordó la Villa Charra. Fue una especie de reivindicación, en la que los ¡vivas! alcanzaron al alcalde Juan Rodolfo Sánchez. Un cartel de lujo para cualquier plaza del mundo, desde Las Ventas en Madrid hasta Acho en Perú, pasando por Sevilla, México, Nimes o La Petatera: Pablo Hermoso de Mendoza, Joselito Adame y Diego Silveti. El cartel de la feria de Toluca de San José.

Y la corrida fue seria. Bien presentados los toros de Fernando de la Mora y García Méndez, con peso y trapío. Serios y comprometidos los alternantes, advertidos de los amagos de los políticos. Mesura y celo en el público, que chifló cuando tuvo que hacerlo y aplaudió aquello que se lo merecía. Triunfal corrida por el sólo hecho de haberse celebrado.

Abrió la corrida el vallesano Marco Bastida, que con un solitario toro de Huichapan encendió los ánimos cuando supo encontrarle la distancia del corcel al burel. Clavando banderillas al estribo y dándole toda la ventaja al toro. Malogró la faena porque mato mal. El juez de plaza, Javier Bernal, asesorado por el matador toluqueño Luis Fuentes El Macareno, le sonó un aviso. Lo bien toreado por el de Valle de Bravo terminó en sonora rechifla.

Pablo Hermoso de Mendoza (Foto: Especial).

El navarro Pablo Hermoso de Mendoza tiene acostumbrada a la afición taurina a lograr faenas redondas. En los dos que le tocaron en suerte no fue la excepción. Pareciera que el rejoneador español ensaya con los toros que le tocan en suerte, porque hace ver el toreo a caballo como algo sencillo, de elegancia simple. Una danza acompasada entre caballero, caballo y toro en vaivenes al son del pasodoble. De destacarse las banderillas cortas que puso en sus dos enemigos hasta en tres ocasiones girando, como si fuera un carrusel, alrededor de su enemigo.

Toros fijos y alegres de la ganadería hidalguense de Fernando de la Mora, a los que el jinete navarro le cortó dos orejas a su primero y una más a su segundo, bautizado con el nombre de Polémico.

Joselito Adame no corrió con suerte. Le tocó el lote más árido de los de la ganadería tlaxcalteca de García Méndez, bureles a los que se les nota su procedencia de Parladé, con ese morrillo prominente y largas cajas con muchos kilos. Al primero —Patrón, con 520 kilos en los lomos— le pudo hacer poco, cinco o seis tandas cortas, en las que se encontró con un toro que se quedaba parado, desentediéndose del engaño. Destacó un par de banderillas muy a la mexicana de Víctor Mora y la pelea que el burel dio en el peto del picador.

A su segundo, de 500 kilos, Adame tampoco le pudo hacer gran cosa. Choricero fue un toro alegre en la salida que se fue apagando hasta quedarse agarrado al piso. El torero hidrocálido le arrancó algunos pases aislados y lo toreó por la cara, dejando ver una muleta mandona. Pero lo que le valió dos orejas fue el estoconazo que le dejó ir hasta los gavilanes. Nos hubiera gustado ver a Joselito Adame con toros de más recorrido, pues dejó sólo pinceladas de lo que le ha traido sonoros triunfos en plazas de América y Europa.

Diego Silveti frente al primero de su lote (Foto: Especial).

Diego Silveti tuvo el mejor toro para los de a pie. Su primero fue Carpintero, con 510 kilos; un toro cárdeno de larga encornadura, que fue de menos a más. Casi no tomó la muleta y se dejó llevar en el tercio de banderillas imponiendo sus condiciones. Pero en el tercio de muleta, el protagonista de la tauromaquia brindó una faena plena, disputando centímetro a centímetro con el hijo del Rey David. Bien dirigido desde el callejón por su tío Alejandro, Diego Silveti bordó una serie de manoletinas que pusieron de pie al respetable, que se entregó al diestro guanajuatense cuando mató con una estocada casi entera en la suerte de recibir. Dos orejas premiaron la faena riñonuda y variada.

Su segundo, con el nombre de No que no, fue un toro con el que también hubo que abreviar ante la falta de material. Lo bien presentada de la corrida de García Méndez dejó que desear en la fuerza y motricidad.

Los tres toreros salieron en hombros (Foto: Especial).

Pero la afición salió satisfecha. Guardando su cartulinas para reivindicar su gusto por la tauromaquia. Con la certeza de que se pueden dar buenas corridas, con dignidad y esmero. Rebosantes de alegría tras escuchar los vivas a la tauromaquia. 5 mil asistentes ciertos de que sólo intereses políticos pueden coartar la libertad y el derecho a decidir. 

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