El arriba firmante es de cabeza dura. Si quieren sus mercedes, hasta necio. Pero por más que quiero entender las cuentas de la Secretaría de Cultura y Turismo del gobierno del estado, nomás no me dan.
Mi aritmética está peleada con la suya. Las sumas, multiplicaciones y ecuaciones exponenciales, restas, divisiones y raíces cuadradas, no me dan las cifras que presumen. El contraste de las estadísticas menos.
Esta semana la dependencia de marras informó que en el primer semestre del año han visitado el Estado de México 14 millones de turistas. Que gastaron 15 mil millones de pesos.
La neta, un mundo de gente y un titipuchal de dinero.
Aceptando, sin conceder, que esos números fueron reales, el Estado de México sería un emporio turístico de muy padre y señor mío. Los hoteles estarían llenos, y los restaurantes no se diga. Los museos, zonas arqueológicas, balnearios, templos, presas, parques y el resto de los atractivos turísticos de esta entidad de la república estarían colmados de turistas y excursionistas.
Nomás que todos sabemos la realidad.
Como diría el clásico, “yo tengo otros datos”. Los destinos turísticos del Estado de México están perfectamente identificados, a pesar de que no hay ayuntamiento o presidente municipal que no sueñe con recibir turistas por docenas.
De esos atractivos, ahí está la zona aqueológica de Teotihuacán, la más visitada de la entidad mexiquense, que según las cifras de Datatur de la Secretaría de Turismo del gobierno federal, recibió en el primer semestre del año 902 mil 831 visitantes nacionales y extranjeros —850 mil 576 mexicanos y 252 mil 255 extranjeros, para ser precisos—.
El resto de la zonas arqueológicas mexiquense no pinta en el top five. Y de los museos, ni hablar, tampoco aparecen en la parte alta de la lista de visitantes. Así que nos quedan por explicar 13 millones de turistas.
Si los 14 millones fueran una cifra real, el volúmen de turistas que llegan al Estado de México habría crecido de forma exponencial, porque los datos de la Secretaría de Turismo indican que en 2020 llegaron un millón 243 mil 345 turistas al territorio mexiquense. Además, en casi 30 años, de 1992 a 2020, la suma de turistas es de 59 millones 920 mil 727.
Pensar en la visita de 14 millones de turistas en seis meses es como la milagrosa multiplicación de los peces y los panes. Empezando por el alojamiento, porque en el estado de México hay 14 mil 448 cuartos de hotel de todas las categorías, otra vez según la Secretaría de Turismo federal.
Alojar a 77 mil turistas en promedio al día, implica que cada cuarto de hotel reciba un promedio de cinco huéspedes, lo que a su vez significa que en los primeros seis meses del año los hoteles habrían estado llenos… Y no es así, porque el promedio de ocupación es 35 por ciento. Por favor, no me vayan a decir que es que esos turistas llegan a sus casas de descanso o casas de familiares, porque —me van a perdonar— visitar a la familia o llegar a la casa de fin de semana no es turistear.
Insisto: a mí las cuentas no me salen. Si se trata de hacer cuentas alegres, nomás avisen, para no andar quebrándome la cabeza. Ahora que si lo que están prácticando es lo que en algebra se llaman números imaginarios, van requetebien.