Si alguna vez has recibido una llamada telefónica en la que te ofrecen algún producto o servicio, te habrás preguntado cómo es que tus datos personales están en manos de desconocidos.
Si se trata de tu compañía telefónica o tu banco, probablemente comprendas que la base de datos en la que te encuentras arrojó tu nombre y tu número y recibiste una llamada por azares del destino.
Pero cuando se trata de llamadas de empresas, organizaciones o personas que parece que están al margen de la ley, como la oferta de créditos no bancarios, te preguntarás qué tan seguros están tus datos.
Las grandes compañías de internet y las redes sociales tienen tus datos, y los utilizan, por más que publiques anuncios donde prohibas el uso de tus datos personales. Pero existen otro tipo de firmas que se aprovechan de la existencia de bases de datos para acceder sin permiso y negociar con ellas. Esas compañías, brokers de datos, actúan a la sombra y sus nombres son prácticamente desconocidos. Pero sus efectos son visibles.
Y no hay mucho que hacer. Sólo tratar de evitar que te conviertan en mercancía. Y con la visibilidad que la mayoría de nosotros tenemos, es casi imposible.