En esos días se está cumpliendo un año de la invasión de Rusia a Ucrania y con ello los combates y bombardeos sobre las ciudades y los habitantes; ha sido un periodo de muerte, destrucción y desolación. Los cálculos son de 18 mil civiles muertos, entre ellos cientos de niños, 300 mil militares fallecidos y millones de desplazados. El 24 de febrero de 2022 el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunciaría por cadena nacional el inicio de lo que llamó “Operación militar especial” para “desmilitarizar” y “desnazificar” el territorio ucraniano pero que en realidad era una movilización de tropas y vehículos blindados a través de la frontera y el ataque abierto por aire, tierra y mar.
Con la invasión sobrevinieron sanciones a Rusia con más de 14 mil medidas, según el sitio en internet Statisa, pero no todas han tenido éxito ni logrado sus objetivos.
Lo preocupante es que no hay final de la guerra a la vista ya que las propias sanciones, las negociaciones y los acuerdos no han logrado frenar el enfrentamiento.
La guerra en Ucrania se ha convertido en el peor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial que terminó en 1945. Es una guerra global que más ha convulsionado el orden internacional.
