¿Es una víctima El Chapo?

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Ahora resulta que el acusado está siendo víctima. Joaquín Guzmán Loera, preso en el penal del Altiplano por los delitos de narcotráfico, lavado de dinero, crimen organizado y el homicidio de un agente federal estadounidense, se quejó mediante su abogado, de no poder dormir en la cárcel por el continuo pase de lista.

Según también abogado, el pase se lista es cada cuatro horas. ¿Pues de cuánto tiempo disponen los presos para dormir?, o ¿en qué horario duermen?, la lógica es que, si duermen de noche, con las horas
ocho horas indispensables de descanso de cualquier ser humano, a Joaquín Guzmán sólo se le interrumpe el sueño en una ocasión.

El pase de lista es una disposición carcelaria que se realiza para evitar fugas. Y el preso en cuestión ya se ha fugado en dos ocasiones.

Por otra parte, la ley penitenciaria en México establece que los internos en los penales tienen derecho a alimentos, ducha, teléfono, correo tradicional y a servicios médicos. Desde luego también, a no ser discriminados en función de raza, color, sexo, lengua, religión u opinión política.

Si como dice el presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth, lo del pase de lista es un argumento de la defensa de Guzmán Loera para distraer la atención a supuestos abusos en la cárcel y lograr su extradición a Estados Unidos sin antes pagar sus delitos en México, al capo le esperaría en aquél país 22 horas del día encerrado, sin contacto con nadie; monitoreado y videograbado en todo momento y castigado si hace algo fuera de lo permitido.

También estaría alejado de cualquier actividad recreativa, educativa y de más que caracterizan las prisiones federales.

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