Ante el riesgo ambiental que representan las 5 mil toneladas de desechos de envases de plaguicidas que se generan anualmente y que son depositados en el campo, la Universidad Autónoma Chapingo y la Asociación Civil Amocali firmaron un convenio de colaboración a fin de dar un tratamiento adecuado a estos residuos tóxicos, los cuales son generados por los productores para el control de plagas en diferentes cultivos.
Alejandro Galindo, coordinador de la Asociación Civil informó que de no llevar un adecuado control de estos envases, se corren riesgos tanto para el medio ambiente como para la salud, debido a que son residuos de materiales peligrosos.
Detalló que el convenio con la Universidad Autónoma Chapingo, es para que se realicen actividades con los alumnos y conozcan los programas para dar tratamiento adecuado a los envases de plaguicidas, información que deben de difundir entre los productores cuando vayan al campo.
Señaló que cada año va en aumento la generación de envases de plástico, y se estima que el 95 porciento se le ha dado un uso adecuado, algunas se reciclaron, otras se llevaron a cementeras para ser utilizadas como fuentes alternas de combustible o se canalizaron a hornos autorizados por la Semarnat, para generar cenizas que son inofensivas para el ser humano.
Subrayó que la mayoría de este tipo de desechos se manda a reciclar para obtener productos como son las jaulas que se van a instalar en la Universidad Autónoma Chapingo que servirán para guardar envases.
“En la Ciudad de México este material se ha utilizado para los topes de los carriles confinados del microbús, es decir, se busca que se elaboren productos que no tengan contacto con el ser humano y que tengan beneficio para la agricultura o construcción”, finalizó.