La oferta, por parte de las empresas empacadoras e industrializadoras, de un número reducido de variedades de frijol ha propiciado que a nivel nacional, 75.5 por ciento de los consumidores sólo conozcan las variedades que consumen, 18.2 por ciento las que se ofertan en la región donde viven y 6.1 por ciento las que se comercializan en regiones diferentes a las de su consumo.
Con el objetivo de proporcionar elementos para fomentar la producción de variedades del grano con mayor demanda en el mercado, la investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, Gabriela Rodríguez Licea, elaboró un estudio sobre los gustos y preferencias de los consumidores.
En México, dijo, se han generado más de 142 variedades de frijol, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), algunas de las cuales son criollas cultivadas en diferentes regiones del país, mientras que alrededor de cincuenta son variedades de frijol común clasificadas con base en el color del grano como negras, claras y pintas.
Al hablar de los factores y características que influyen en la decisión de compra diferenciada por tipo y variedad, así como de las preferencias del consumidor de frijol en México, la experta señaló que cada 100 gramos de frijol contiene 332 kilocalorías, 19.2 gramos de proteínas, 1.8 gramos de grasas, 61.5 gramos de carbohidratos y 0.02 gramos de sodio.
Desafortunadamente, puntualizó Gabriela Rodríguez Licea, estas propiedades no son importantes para su consumo, pues en México éste es determinado por sus características sensoriales: 43.4 por ciento considera muy importante el color, el olor después de cocinarse, el sabor, el tiempo de cocción y el tiempo de duración en el anaquel al momento de obtener el producto.