Los estilos de vida de la población urbanizada, el crecimiento desmedido de la misma y la escases de agua, se han convertido en las principales tendencias a nivel internacional que sugieren una reconfiguración de los sistemas de gestión y distribución del recurso a nivel local.
La investigadora de la Universidad de Autónoma Metropolitana de Cuajimalpa, María de Lourdes Amaya expuso cinco grandes retos en la materia que permitan el adecuado manejo de este recurso hidráulico en los tres niveles de gobierno.
En primera instancia, señaló el aspecto geográfico y su mala distribución al interior del país, refirió que en el estado de Chiapas cada habitante cuenta, aproximadamente con un total de 21 mil 420 metros cúbicos de agua al año, mientras que en la Ciudad de México se estiman sólo 54 metros cúbicos anuales por persona.
Asimismo, los factores políticos y económicos impiden el adecuado manejo que permita su correcta distribución, esto, debido a la falta de políticas públicas funcionales y su financiamiento, ya que, ante la escases de agua, algunas figuras pública partidizan su distribución.
A la par, explicó que la institucionalización y la participación de la población en el cuidado del agua deben ser un factor vinculado para garantizar una administración eficiente de este recurso; es decir, la correlación entre las acciones ciudadanas y las políticas públicas, lo anterior basado en las relaciones que tienen los habitantes con el agua y sus representantes políticos.
Es de destacar que los estilos de vida se han convertido en un factor determinante en el uso del agua, ya que, de acuerdo con CONAGUA, el 85 por ciento del consumo de agua por persona se encuentra en productos y alimentos diarios como la elaboración de té industrializado; el cual requiere alrededor de 35 litros de agua para producir un sobre de aproximadamente 20 gramos de producto.