La inseguridad es el principal obstáculo que las mujeres tienen para transitar, usar y aprovechar el espacio público, que debe ser recuperado con acciones conjuntas de sociedad y gobiernos, dijo Carolina Inés Pedrotti Bruno, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense.

La urbanista ofreció la conferencia de cierre de la presentación de la Guía de Recuperación de Espacios Públicos con Perspectiva de Género, organizada por la Secretaría de las Mujeres del Gobierno del Estado de México, dentro del marco del Día Internacional de las Mujeres.
Ante la titular de la dependencia, Mónica Durán Chávez, y con el presidente de El Colegio Mexiquense, Raymundo César Martínez García, como invitado especial, la experta en vivienda expuso la ponencia «Mujeres, espacio público y derecho a la ciudad, ¿dónde estamos?».
Explicó la importancia del enfoque del género en la recuperación o regeneración de los espacios públicos, dijo que el espacio público es emergente dentro del nuevo impulso a los derechos humanos, es social-colectivo, como resultado de los reclamos de los grupos sociales, y asimismo interdependiente de otros derechos sociales, económicos, civiles y culturales, e ideológico por su origen.
Pedrotti Bruno detalló también diversos aspectos del derecho a la ciudad, del que resaltó su tránsito como reivindicación social y señaló su proceso de institucionalización, al ser incorporado en la ley, como en el caso de la Ciudad de México, aunque por estar de moda, en algunos casos de ha trivializado.
Introdujo la relación entre género, espacio público y ciudad, al tiempo que advirtió que tres cuartas partes del tiempo de la gente transcurren en el espacio público, para dar paso a un análisis de la manera diferenciada en que mujeres y hombres se mueven y usan el espacio público.
Las mujeres tienen un espacio más reducido y limitado que el de los hombres, entre otras causas por el trabajo extradoméstico y doméstico; su cotidianidad se da en un entorno más próximo a la vivienda, y moverse en la ciudad, el centro y sus límites es muchas veces una aventura que pocas se atreven a realizar de manera solitaria.
Las que trabajan también tienen un espacio cotidiano más reducido, pero sus desplazamientos son a veces mayores que los de los hombres, lo cual señala las dobles y triples jornadas laborales y domésticas para ellas, además de que las rutas de unas y otros tampoco coinciden, debido a las actividades económicas y la responsabilidad de los cuidados que recaen principalmente en ellas.
Si bien la inseguridad es un problema que afecta a todas y todos, en las mujeres se evidencia más porque remite a una amenaza cierta, con un efecto de restricción para el acceso, uso y apropiación del espacio, tanto en los sitios abiertos como en el transporte público.
Carolina Pedrotti aseguró que los espacios públicos, en los que hoy se quiere intervenir con un enfoque de género, son inseguros, tienen deterioro físico, están abandonados, hay ausencia de gestión y de mantenimiento, falta señalética y algunos son dominados por la criminalidad, uno de cuyos efectos es la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres.
Para describir la ciudad a la cual queremos tener derecho, se debe considerar la esencia positiva del espacio público como realización plena de las personas, tener información diferenciada, y para ello lo mejor es preguntar a las mujeres para hacerlas participar.
Se refirió a la ciudad cuidadora, propuesta por algunas investigadoras, como un modelo en el que se cuida del entorno, se cuida de los habitantes y se permite cuidar a otras personas, lo cual supone transformar el punto de partida de la planeación urbana, considerar procesos urbanos y colectivos, negociar el uso del espacio urbano, valorarlo y recuperarlo; en pocas palabras, diseñarlo entre todos.
Propuso también un urbanismo táctico, que incluya procesos de pacificación de los territorios, con un enfoque intencionado sobre la planificación urbana, y como una herramienta progresiva para promover cambios realistas a corto plazo, así como usar proyectos que emergen desde distintos actores, con base en el desarrollo del capital social y la participación de instituciones de distinta naturaleza.
Las mujeres reclaman una ciudad de proximidad que permita la libertad de acción, una construcción del espacio sin jerarquías y horizontal, que asegure las diferencias, pero erradique las desigualdades.
Celebró la Guía de Recuperación de Espacios Públicos con Perspectiva de Género, como un instrumento diferente a la Carta del Derecho a la Ciudadanía, pues incluye procedimiento y procesos, y en cuyo análisis participó con las también investigadoras Anidelys Rodríguez Brito y Fátima Esther Martínez Mejía.
Las tres investigadoras recibieron reconocimientos de manos de la secretaria Mónica Durán Chávez, quien destacó la visión de las mujeres constructoras de paz y agradeció la participación de las estudiosas en la discusión de la guía.