En lo que entra en operación el nuevo esquema de transporte en bicicleta por la denominada Ecozona de Toluca, demos una mirada al uso general de esta forma de transporte.
Resulta que, a nivel mundial, quienes más emplean la bicicleta son, desde luego, los oriundos de Holanda con 40 por ciento. Le siguen los habitantes de Dinamarca con 36 por ciento; en sus respectivas capitales. En tercer lugar, está Bogotá, Colombia, con cinco por ciento.
La diferencia de Europa a América en términos porcentuales de transporte en bicicleta es muy notoria, lo mismo que de Bogotá a la Ciudad de México. En esta última, usan la bici, uno de cada cien habitantes.
De Toluca no hay estadísticas pero no falta quien se siga refiriendo a la ciudad como un pueblo bicicletero. Y lo malo obviamente no es por la bicicleta, sino porque la usamos sin civilidad: sin respeto a las reglas ni a los demás.
Hoy en día utilizar bicicleta es una necesidad en términos de calidad de vida: nos proporciona salud física, ambiental y ahorro de tiempo y costos. Qué bueno que Toluca sea para muchos un espacio bicicletero y bien podríamos tener el primer lugar en ciclismo urbano. Pero sin un ápice de respeto, seguimos simplemente en el subdesarrollo. Eso sí, recordando que el subdesarrollo no es un paso hacia el desarrollo sino su consecuencia.