Vacío existencial, evasión a su condición económica, y miedo a no ser participes del espíritu consumista son los sentimientos que incentivaron a la población este fin de semana a comprar algo y aprovechar los supuestos descuentos del programa del «Buen Fin», así lo sostiene la psicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Karla Estrada Villavicencio.
De acuerdo con la especialista el ánimo de consumo en las calles generado por el entusiasmo colectivo de algunos pocos, y su capacidad de compra, repercutirá en los otros para realizar compras que suban la autoestima.
Adquisición compulsiva que se realizará no por necesidad sino para premiar el trabajo y no sentirse desplazados socialmente.
«Existe une compulsión silenciosa en la población en el pensar: todos van a comprar, por qué yo, aunque sea vamos a ver, y ya ahí compran algo la mayoría de las veces innecesario», dice.
Señala que esto tiene una correlación con la época del año en la que el espíritu de la Navidad y fin de ciclo ya embarga el pensamiento de la mayoría aunque no sea así, con lo cual se entra en una etapa de redención para premiar el esfuerzo del año.
«Es que me compre un vestido que va a estar guardado hasta la próxima fiesta, unos zapatos carísimos que no los puedo utilizar pero ya me siento mejor, son paliativos que uno se va dando para rellenar estos vacíos emocionales», lamenta.
El problema advierte es que la mayoría de los supuestos descuentos son falsos por lo cual se compran artículos, sin necesitarlos, al mismo valor y sólo por el deseo de no quedarse excluido.
Refiere que en una sociedad capitalista como la nuestra en la que predomina el valor monetario, programas como éste están dirigidos a las clases trabajadoras para alentarlos al consumo en una supuesta «redención» que el sistema económico les brinda pero la cual la mayor de las veces es falsa.
«Los que tienen para comprar lo van a comprar haya Buen Fin o no haya Buen Fin las personas que no tiene desgraciadamente son las que caen en el engaño y quieren aprovechar las supuestas ofertas para poder consumir».
