El Valle de México está que apesta. A ozono. El contaminante emitido principalmente a través de los tubos de escape de las unidades del transporte público y autos particulares que se hallan en movimiento.
El ozono tiene el olor característico del cloro de las piscinas o albercas. Inhalarlo es de potencial dañino. Puede provocar, a nivel del sistema respiratorio, desde una irritación o inflamación, hasta reducir la función de los pulmones.
El ozono de hoy del Valle de México está siendo generado por seis millones y medio de coches que todos los días circulan en esa región, más las emisiones de plantas de energía, calderas industriales, refinerías, plantas químicas y demás.
Su mayor presencia en la atmósfera, según la revista científica Nature, ocurre porque las condiciones del clima son propicias para su formación: mucho sol y temperaturas altas.
La contaminación por ozono se podría reducir si se evitara el uso indiscriminado de coches y existiera transporte público de calidad. ¿Se podrá?, pues el aire está que apesta.