Este fin de semana se celebraron elecciones presidenciales en Venezuela.
Y el Consejo Nacional Electoral ya le otorgó la victoria al presidente Nicolás Maduro.
Pese a todos los pesares, pese a los cuestionamientos internacionales, el gobierno de Nicolás Maduro, que controla el organismo electoral, le da la victoria a Nicolás Maduro.
Mientras, Estados Unidos, España, Colombia, la Unión Europea, Reino Unido, Portugal, Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Guatemala, Italia, Alemania, República Dominicana y Noruega, entre otras naciones, cuestionan en resultado de las elecciones.
México dice que esperará los resultados oficiales y naciones como Cuba, Bolivia, Nicaragua, Serbia, Bielorrusia, Honduras, Rusia, Irán y China ya reconocen la victoria de Maduro.
A mí particularmente me recuerda la época en que en México la organización de las elecciones estuvo en manos del Poder Ejecutivo. Y como el partido en el gobierno no perdía ni por error. Así pasa en Venezuela. Maduro parece que se quedará hasta 2031 en el gobierno o hasta que la ciudadanía lo rechace por completo.
Por lo pronto, desde 2019 no tiene el reconocimiento de unas 50 naciones. Aunque poco debe importarle. El chavismo seguirá en el gobierno, con un Estado doblegado, y una sociedad débil.