Cuando celebraba una misa multitudinaria en el santuario de Jasna Gora, al norte de Cracovia, Polonia, el Papa Francisco cayó, al no percatarse de un escalón.
El maestro de ceremonias pontificias, Guido Marini, rápidamente acudió a auxiliar al máximo líder de la iglesia Católica en el mundo, al tiempo que guardias de seguridad y otros sacerdotes se acercaban apara ayudarlo a incorporarse.
Debido a que el Papa llevaba consigo incienso, algunos bomberos tuvieron que acudir para apagarlos y evitar una catástrofe con la alfombra.
Luego de incorporarse el Papa Francisco continuó con la homilía para celebrar el 1050 aniversario del bautismo cristiano de la nación polaca.