Los panteones de la zona norte de Toluca se quedaron sin flores y sin una oración por parte de sus familiares.
Cada 28 de septiembre las comunidades indígenas de la capital del estado de México celebran el Día de San Miguel, llevando flores de cempasúchil a los campos santos, lo que marca el inicio de la celebración de Día de Muertos en la capital del estado de México.
Sin embargo, este año los panteones fueron cerrados, por la pandemia de COVID-19, lo que causó el enojo de los habitantes, que aún siguen sin creer que el virus existe, al asegurar que su fe es Dios es lo que los salvará de la pandemia.
Es por ello que desde muy temprano y violando las restricciones sanitarias, algunos vecinos colocaron flores de cempasúchil en las tumbas de sus familiares, y fue hasta que llego el personal que vigilancia que los retiró del lugar.
En las comunidades de San Cristóbal Huichochitlán, San Pablo Autopan y San Andrés Cuexcontitlán, se acostumbra a colocar una ofrenda y velar a los muertos cada 28 de septiembre, para pedir por las almas de los más pequeños y las personas que murieron en un accidente, una tradición indígena que da identidad al estado de México.
La falta de trabajo y estabilidad económica, tampoco permitió que las familias toluqueñas colocarán su altar de Día de Muertos; explican que muchos se han quedado sin trabajo desde hace seis meses, lo que les impidió contar con recursos económicos para seguir con la tradición.
