Violencia psicológica, la más común en el noviazgo

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La violencia psicológica es más perniciosa, “porque hay tensión y miedo de que suceda de nuevo”.

Cualquier tipo de violencia es dañina, ya sea física, económica o sexual, pero la psicológica es más perniciosa, “porque hay tensión y miedo de que suceda de nuevo”, indicó Dolores Mercado Corona, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

 

Este tipo de violencia es la más común porque porque es la primera que aparece en las relaciones de pareja, antecede a otros tipos y pudiera ser un ensayo en el que se aprende a transgredir los límites del respeto y así pasar a otros tipos, agregó la especialista.

 

La psicológica surge de la interacción y es fácil ejercerla porque el instrumento es el propio cuerpo: gestos u omisión de acciones, y como la mayor parte de las veces es verbal, se expresa con devaluaciones, insultos, falta de respuesta e ignorar a la persona agredida.

 

El noviazgo se ubica entre las relaciones en las que hay un contacto psicológico estrecho; la persona se interesa genuinamente por la otra, que la escucha y con sus acciones la hace sentir bien. Pero en algún momento empieza a cambiar la situación, “el mapa deja de ser igual que territorio” y hay un conflicto de intereses. Uno quiere o espera una cosa, y el otro algo diferente. Se han detectado algunos factores en el origen de la violencia durante el noviazgo, como la necesidad biológica y de apego, el miedo a la pérdida, el querer controlar las actividades personales y sociales de la pareja.

 

Otro factor es no aceptar las diferencias; sin embargo, en el noviazgo, por ser tan significativo, uno de los miembros quizá desee que su pareja sea lo más semejante a él, y de ahí nace el deseo de control y la frustración al descubrir que no es como se imaginó.

 

La relación de pareja no es sencilla, y aunque la violencia ocurre a todas las edades, los datos indican mayor incidencia en los grupos de menor edad, dijo la investigadora.

 

Señaló la importancia de detenerla o impedirla en el momento en que se presenta, es decir, cero tolerancia. Los adolescentes deben aprender que la violencia de pareja, igual que de otros tipos, no se debe aceptar.

 

Como en el control externo, en éste es necesario trabajar con los padres de familia, con el sistema educativo, con maestros y niños desde sus primeros años para generar una filosofía del respeto a los derechos del otro.

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