Ayer lunes se registró una nueva movilización de jóvenes en la capital de la república que culminó con saqueo a tiendas y daño a instalaciones públicas mientras el gobierno capitalino reitera que no actuará con represión.
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Sin embargo, antes de mantener esta postura convendría retomar cuál es el auténtico sentido de una manifestación y qué dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En el primer caso, las manifestaciones, marchas y reuniones públicas se espera que sean a cargo de activistas con la finalidad de mostrar si se está a favor o en contra de una determinada política, persona y ley.
Asimismo, sobre la Carta Magna, es el Artículo Sexto refiere la libre manifestación de ideas excepto cuando provoque un delito o perturbe el orden público.
Los protestantes no se han identificado como una organización y su postura no es contra política pública o similar sino de cara a realidades nacionales como los feminicidios y trasnacionales como el racismo en Estados Unidos. Por otra parte, han incurrido en saqueos y robos de mercancía en tiendas de particulares.
Dicho en otros términos, lo que está sucediendo en la capital de país sí tendría que ser reprimido o contenido porque más que actos razonados y legítimos se trata de violencia y anarquía.
